
En este número
- Editorial
- Noticias de las Asociaciones
- Noticias de la Federación
- Agenda de actividades
- Desde la presidencia
- Análisis de la connotación positiva como promotor lingüístico de cambios
- Introduciendo la perspectiva de género en la auto-observación de un equipo terapeútico. A propósito de dos casos con violencia
- «Por favor não me ajudem»!
- “Vísteme despacio que tengo prisa; Terapia familiar en una unidad de internamiento breve de psiquiatría”
- Patología en la demanda
- Desafíos terapêuticos com as famílias migrantes
- Enseñando en el Siglo XXI: la formación on-line/ Ensinando no século XXI: a formação on-line
Y MÁS...
- Beneficios de la intervención en resolución de conflictos, comunicación y mediación en padres de niños escolares
Editorial
Desde Portugal nos llega a este Mosaico renovado una ilustrativa muestra del trabajo compartido por los profesionales sistémicos de la Península. El II Congreso Ibérico de Terapia Familiar se celebró en Lisboa con un más que notable éxito de participación, tanto en lo que respecta al número de ponentes, como en lo que hace al de participantes, en su mayoría jóvenes terapeutas en formación, lo que revela la pujanza que en el país vecino está teniendo, a pesar de la crisis, el trabajo de los sistémicos en diferentes contextos.
Tan importante como todo ello es que, precisamente en estos tiempos atribulados, se haya podido celebrar ya un Segundo Congreso Ibérico y se vayan consolidando así espacios de cooperación y de intercambio para el futuro. Países vecinos, sumidos en una situación parecida, con una profunda necesidad de renovar sus estructuras sociales y políticas, y asistiendo impotentes a un desasosegante desmantelamiento de un apenas entrevisto estado del bienestar, han de unir esfuerzos para encontrar soluciones afines a sus compartidas dificultades, pues a todos nos consta
que la salvación no llegará del Norte, como caída del cielo, ni tendremos más oportunidades que aquellas que, con creatividad e incertidumbre, vayamos generando nosotros mismos. El viejo cuentecillo del Barón de Münchhausen, que se salvó a sí mismo junto a su jumento, de perecer en las arenas movedizas, es a un tiempo tan quijotesco como realista en las actuales condiciones que soportamos. Bastarnos a nosotros mismos y hacer uso generoso de nuestras propias capacidades, en lugar de esperar los parabienes del calvinismo rampante, es un aprendizaje que nos traemos
de Lisboa, y que deseamos compartir con todos los lectores. Ocasión de seguir probándonos la vamos a tener en un futuro cercano, a no tardar.
Dicen los clásicos que las prisas son mala compañía, y hasta el muy racional y razonable
Descartes nos advertía contra los errores de la precipitación en su Discurso del Método. Hemos tenido motivo para comprobarlo en el número anterior de esta revista, que tuvimos que pergeñar acuciados por las apreturas del tiempo y de los cambios. Quiero pedir disculpas a los autores por algunos errores que no supimos evitar; y a los lectores atentos por las erratas que seguramente detectaron. Aunque son muchos los hilos que se han de mover para que la revista salga a la calle con su cara bien lavada, ello no es óbice para disculpar los fallos que en la humana condición
se pueden evitar y que vamos a tratar que no se repitan en el futuro. Espero que este ejemplar que tienen en sus manos sea el primer paso de esta necesaria y justa reparación.
Francisco Javier Ortega Allué
Director de Mosaico