
En este número
- EDITORIAL
- NOTICIAS DE LA FEDERACIÓN
- NOTICIAS DE LAS ASOCIACIONES
- AGENDA DE ACTIVIDADES
- V JORNADAS IKDAS-DICTIA
- ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE T.F.
- MONOGRÁFICO: XX Congreso Nacional de Terapia Familiar
- INTERVENCIÓN EN CRISIS
- RITS
- ESTA ES MI ASOCIACIÓN
- RESEÑA DE LIBROS Y REVISTAS
Editorial
Aunque el nombre de la Unión de Asociaciones Españolas de Terapia Familiar responde al nombre de Federación, en realidad, su estructura se parece más a la de una Confederación, en la que el peso principal de la Organización y Gestión recae en las Asociaciones Miembro, que componen, además, mayoritariamente su Junta Directiva Como es bien sabido. Los Estatutos de la Federación establecen que únicamente los tres principales puestos de gestión – Presidente, Secretario y Tesorero – sean elegidos directamente por los Socios. El resto de los cargos y las Vocalías son representantes directos de las Asociaciones, generalmente sus Presidentes. Esto supone en estos cargos una acumulación de tareas que consume muchas energías: no sólo deben ocuparse de gestionar sus Asociaciones, sino también participar directamente en la de la Federación. No es de extrañar el cansancio que a veces produce ésta doble militancia, especialmente cuando el compromiso con otras Organizaciones supone que ésta sea triple o cuádruple.
El impulso dado a la Comisión Permanente, y las facilidades actuales de Comunicación, palian moderadamente ésta situación, pero no solucionan la cuestión de la doble responsabilidad de los miembros de la Junta Directiva. Para conseguirlo, la Federación debería modificar su estructura, de manera que se parezca más a su nombre.
Sus relaciones con otras Federaciones, su próxima integración en una organización supranacional, y la incorporación orgánica de los Institutos de Formación tal y como se proyecta, exigen una Organización que permita que, sin dejar de someterse a la censura de sus Asociaciones Miembro, tenga un mayor margen de maniobra para las tres grandes áreas que van a corresponder a a Federación: las relaciones internas con Asociaciones e Institutos de Formación, las relaciones Externas con otras Federaciones, y la representación de la Terapia Familiar en Europa.
La modificación estatutaria que va a precisar la incorporación de los Institutos es un buen momento para ponerlos al día y mejorar en algunas áreas: elección directa de un mayor número de miembros de la Junta Directiva, integrar a las Asociaciones en un órgano desde el que puedan censurar la gestión de ésta, en un lugar intermedio entre la Junta y la Asamblea.
Podría ser también un buen momento para, cerrado ya prácticamente el «mapa autonómico» de las Asociaciones que componen la Federación, facilitar la integración de otras Asociaciones de Terapia Familiar. La representación en Europa va a ser a través de una única Organización por país. La Federación debe permitir a éstas Asociaciones sumarse a lo que ha sido siempre un proyecto común de desarrollo de la Terapia Familiar.
La Federación debe ofrecer su voz a éstas Asociaciones para que puedan ser escuchadas en Europa, ofreciéndolos un lugar en la Federación de manera satisfactoria para todos.
Roberto Pereira
Presidente de la FEATF