
En este número
- EDITORIAL
- NOTICIAS DE LA FEATF
- NOTICIAS DE LAS ASOCIACIONES
- AGENDA DE ACTIVIDADES
- MONOGRÁFICO
- ENTREVISTA A CELIA FALCOV
- ENTREVISTA A JORGE BARUDY
- RITS
- TERAPEUTAS EN LA RED
- ESTA ES MI ASOCIACIÓN
- BUZÓN DEL LECTOR
- RESEÑA DE LIBROS
- MARA SELVINI
Editorial
La regulación del acceso a la formación y a la práctica de la Psicoterapia dista mucho de estar resuelta. No resulta sencillo alcanzar un consenso en torno a él, no sólo con las organizaciones corporativas, que defienden intereses fundamentalmente laborales, sino con las de psicoterapeutas que defienden puntos de vista distintos entorno a la cuestión. Ya se ha hablado en esta página del problema, e incluso Mosaico le dedicó un número Monográfico (n.° 12).
Las diferencias con nuestros compañeros Psicoterapeutas no han conducido por ahora a la ruptura. Las discusiones entre los diversos modelos, durante el debate que se generó a lo largo de la Asamblea Extraordinaria de la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP), registró una aproximación, que permitió vislumbrar que el acuerdo era posible. Sin embargo, aperturas de tiempo no permitieron un mayor avance, y se optó finalmente por un aplazamiento hasta dentro de cuatro años, como se relata en páginas interiores. El debate mostró de nuevo que los cambios en el seno de la FEAP, y por ende de las Organizaciones de Psicoterapia, deben hacerse contadas con la Terapia Familiar y que cualquier intento de imponer criterios inaceptables para nuestras Asociaciones está condenado al fracaso. La acreditación y el acceso a la formación en Psicoterapia, queda como estaba, con algunas mejoras consensuadas entre las diversas orientaciones. Queda ahora abierto un nuevo periodo de cuatro años, que no se debe desaprovechar para avanzar en la posibilidad de llegar a un acuerdo, que no quede para el último momento, una vez comprobado que ninguna de las Orientaciones cuenta con la mayoría suficiente para imponer sus puntos de vista. Convendria también que se completara el proceso de ingreso en la FEAP de las Asociaciones de nuestra Federación que aún no lo han hecho, muy pocas ya. con el objetivo de reforzar nuestra presencia, y de avanzar en la unificación de criterios y colaboración conjunta entre ambas Federaciones.
La actitud de algunos Colegios Profesionales ante la práctica de la Psicoterapia por parte de Profesionales que no sean Psicólogos y, por ahora, Médicos, es de una gran agresividad. Es evidente la necesidad de exigir una formación adecuada para la práctica psicoterapéutica, y en ello está nuestra Federación desde hace unos años, pero basar esta formación únicamente en la titulación de acceso es un error. Y perseguir penalmente a profesionales bien formados, que desarrollan su profesión con un reconocimiento general, es un exceso. Es el caso de la denuncia presentada por el Colegio Oficial de Psicólogos de Cantabria contra uno de nuestros Socios, por el delito de Usurpación de Funciones (art. 403 del Código Penal), solicitando una pena de dos años de prisión. El Juicio Oral y Público se celebró el pasado siete de Junio, dictándose sentencia absolutoria con significativa rapidez durante a misma semana.
Es importante reseñar que ni en la denuncia ni en el Juicio se atribuyó a nuestro colega mala práctica o negligencia alguna con resultados perjudiciales para alguno de sus pacientes. La denuncia se basaba en que este profesional se autotitulaba de psicólogo sin serlo por el hecho de que públicamente se anunciaba y consideraba como Psicoterapeuta, ya que la práctica de la Psicoterapia está reservada a los Psicólogos (y por ahora también a los Médicos).
Y por practicar la psicoterapia y no ser Psicólogo (o Médico) se le solicitaban dos años de cárcel. No importa que su formación, con los criterios actualmente vigentes en España y en Europa, fuese irreprochable, o que los resultados de su trabajo no se cuestionaran. Sólo por carecer de una (u otra) titulación de acceso, se ha puesto en cuestión su profesionalidad, se le ha intentado desacreditar y privar de su manera de ganarse la vida, y finalmente se le ha sentado en el banquillo de un Tribunal Penal.
La sentencia es muy esclarecedora. Dice primero que un Tribunal Penal no debe «resolver problemas que previamente deben estar aclarados a través de los procedimientos civiles o administrativos». Aclara que «difícilmente puede apreciarse la inclusión de esa conducta (la de Psicoterapeuta) en el ámbito señalado en el Código Penal referido al delito de intrusismo, ya que no se produjo por tanto la invasión de competencias reseñadas en las normas estatutarias de los profesionales de la Psicologia.» y que, la ausencia de una normativa nacional sobre las actividades de los psicoanalistas y psicoterapeutas impide igualmente el considerar punible tales comportamientos». «En resumen, que la Psicoterapia no es una actividad, no ya exclusiva, sino que ni siquiera figura como objetivo o función en los Estatutos del Colegio de Psicólogos, y que hasta que no se regule la Profesión de Psicoterapeuta, no se podrá hablar de intrusismo.
Es importante señalar aquí no sólo el decidido respaldo de nuestra Federación y de la FEAP a uno de sus Socios acreditado como Psicoterapeuta en ambas Federaciones. La FEAP intentó, a través de su asesor legal, personarse en la causa, lo que no fue admitido por el Tribunal. Pero queda también claro durante el Juicio Oral, como la acreditación y soporte de Organizaciones como ambas Federaciones juegan un papel importante en situaciones de este tipo. Pues bien a pesar de lo contundente de la sentencia, y de que el Fiscal no presentó escrito de acusación, la acusación particular ya ha recurrido en lo que ya parece ser, más que una defensa de determinadas ideas, una persecución personal a nuestro colega. La cuestión de la profesión de Psicoterapeuta nos lleva al comentario de la 2ª Sentencia.
Es sabido que la defensa de la Psicoterapia como una profesión diferenciada e independiente es uno de los objetivos principales de la Asociación Europea de Psicoterapia con sede en Viena (EAP-V). De hecho, la llamada «Declaración de Estrasburgo» fue el resultado de la reunión de grupos de psicoterapeutas de diferentes países europeos discriminados por los Seguros de Enfermedad en el pago de las Sesiones de Psicoterapia en relación con sus colegas Médicos.
En esa línea, en Austria. principal país impulsor, con el Reino Unido, de la EAP-V, el Comité de Empresa demandó a la Mutualidad Regional del Seguro de Enfermedad de Viena porque la retribución de los psicólogos empleados como psicoterapeutas es menor que la de los médicos empleados como Psicoterapeutas. La Mutualidad rechazó la demanda alegando que «equivaldría a asimilar los psicólogos titulados a los médicos especialistas». El caso llegó al Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea, del que se recoge la reseña de la Sentencia (Diario Médico, 7-5-99). El fallo da la razón a la mutua señalando que «si bien los psicólogos y los médicos empleados como psicoterapeutas por la mutualidad regional ejercen una actividad aparentemente idéntica, utilizan para tratar a sus pacientes conocimientos y capacidades adquiridas en disciplinas muy diferentes, unas fundadas en estudios de psicología y otras en estudios de Medicina.
La sentencia es, sin duda, un revés para las asociaciones de Psicoterapeutas, sean cuales sean, pero de alguna forma refuerzan los Objetivos de la EAP-V en pos de la consolidacón de la profesión de Psicoterapeuta como diferenciada e independiente. En efecto, la misma sentencia recoge que se puede ejercer una «actividad aparentemente idéntica» partiendo de «conocimientos y capacidades adquiridos en disciplinas muy evidentes», cuestión que no puede sino llamar la atención. Es éste, hasta ahora en España, un debate oculto que no sale por ahora a la luz quizá para no complicar aún más las cosas, pero, ¿cómo se pueden homologar accesos a la Psicoterapia tan distintos como los adquiridos en las Licenciaturas de Medicina y Psicología?
La única explicación posible es que ésta homologación sólo se puede realizar tras la formación especializada en Psicoterapia. Si a ello se puede llegar-en igualdad de condiciones- con las escasas horas comunes a la Medicina y Psicología, no resulta descabellado afirmar que complementando la formación en Psicoterapia con aspectos curriculares de éstas licenciaturas, puede organizarse unos estudios de Psicoterapia más coherentes con el objetivo buscado,-la práctica de la psicoterapia-, que finalmente resolvería los generalizados conflictos en torno al acceso a la formación y a la acreditación. La propuesta de la EAP V de crear una licenciatura en Psicoterapia merece atención, y la apertura de un debate que inevitablemente llegará en un plazo no demasiado prolongado.